Carta a John W. Cooke 21 de abril de 1957
Caracas, 21 de abril de 1957.
Señor Doctor Don John W. Cooke Santiago
Mi querido amigo:
Contesto su carta del 11 de abril pasado y le agradezco sus amables
recuerdos y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto. En ella usted ha
tenido la amabilidad de hacerme un examen de la situación argentina que me
comprueba su conocimiento y me confirma mis impresiones sobre la misma. Espero
que ya estén en su conocimiento las instrucciones que he enviado al Comando de
Chile (para mi el Grupo G. 1 y el de A. 2) entre los cuales están los artículos
que veo que le han agradado, pero le ruego que le diga al amigo Ghizzardi que
le provea del "Mensaje para los Compañeros Peronistas" y
"Declaración del Movimiento Peronista" donde trato de poner algunas
cosas más en claro, el primero del Comando Superior Peronista y el segundo
firmado por mi. Creo que es lo que más interesa en estos momentos. En ellos
coincido en absoluto con las ideas por usted expresadas en su carta, que
contesto.
Hoy sale un amigo para allá y lleva también (vía Ghizzardi) algunos
elementos que deseo que le hagan llegar a usted. Este amigo conversará con
ustedes y lleva instrucciones precisas al respecto. Por él podrán conocer todo
lo de aquí, como asimismo enterarse de la vida que hacemos y los trabajos que
estamos realizando. Todo el material que conocerá allí, ha salido también para
todos los comandos d« exilados de los diferentes países, de manera que la
difusión sea completa y lo más profusa posible. Como verá estamos en tren de
aclaraciones para los compañeros y poniendo a la canalla dictatorial en su
lugar. No vaya a creer que doy a este hecho mayor importancia que la que tiene,
sino que es un modo más de hacer la resistencia en que estamos empeñados.
Me imagino que usted estará apurado por salir de allí y me explico cuanto me
dice en su carta pero, nada de eso difiere de mis deseos de tenerlo pronto por
acá. Usted imaginará lo que me ha costado organizar en casi todo el mundo los
Comandos de Exilados, si tiene en cuenta el panorama que ha encontrado en
Chile. No creo que mucho se pueda hacer por evitar las rencillas, si uno no
tiene la ocasión de llegar personalmente hasta los propios lugares y allí,
sobre el terreno, accionar personalmente en la solución. Por eso y porque la
tarea ya es demasiado pesada para mi solo es que he pensado de organizar ya un
modo más tranquilo y llevadero de trabajar. Contando con usted aquí todo se me
facilitaría porque le entregaría toda la conducción política del Movimiento en
tanto yo podría permanecer con la coordinación general de todo. Pudiendo usted
moverse, con más facilidad y menos estruendo que yo, estoy seguro que las cosas
podrían hacerse en forma más efectiva y provechosa, contando también con la
posibilidad actual que nos permite disponer de lo indispensable para mover
emisarios hacia los distintos países, porque las comunicaciones postales no
sólo son lerdas, sino que también cuentan con la inseguridad propia y la que le
han agregado los gorilas que accionan en todas partes con mucha plata. En
resumen que anhelo que su estadía en Chile sea lo más breve posible y que
cuanto antes pueda venir para ésta.
Sobre mi posible viaje a Chile, ya he consultado y los informes que tengo
son afirmativos que no tendría ninguna dificultad y contaría con buena voluntad
de parte de nuestros amigos pero, usted comprende que la canalla dictatorial,
empeñada de hacerme salir del Continente, para lo cual acciona sin éxito en
casi todos los países, pondría el grito en el cielo si yo "soggiornara"
en Santiago por el tiempo que fuera. Como usted aprecia muy bien yo sería allí
un huésped "soportado" quizá pero muy molesto y quien sabe si,
debiendo estar un largo tiempo, pudieran aguantar 1e ofensiva por todos los
medios que la dictadura argentina realizaría. Además, estando en Chile, pese a
la Convención de Caracas, no podría hacer nada personal y efectivo. Por otra
parte, yo creo que no debo acercarme hasta el momento oportuno, porque sería de
efectos desastrosos tener que retroceder luego de haber avanzado, lo que
anularía, por completo los efectos que tratan de buscar algunos con mi
proximidad a la frontera. Por eso creo que yo debo permanecer aquí hasta el
momento que sea necesaria mi presencia fronteriza pero, indudablemente,
necesito un hombre que me pueda reemplazar hasta entonces en el trabajo de
desplazamiento personal y ése sólo puede ser usted.
El Justicialismo, después de nuestra caída, ha aumentado de intensidad y se
ha extendido en todo el Continente hasta el punto de que el pleito argentino se
interpreta ya como una cosa continental y no local. Ayer, el diario "O
Globo" de Río dice que, mi retorno a la Argentina como triunfador,
representaría no ya un problema argentino, sino que podría representar un
movimiento convulsional en todo el Continente que arrastraría a la guerra (ya
esto es demasiado brasileño) por efectos del Justicialismo que se ha extendido.
Lo que me confiesa, sino entre líneas, es que los pueblos están hambrientos de
justicia y de razón que ellos no pueden brindarle y temen que nosotros seamos
el germen de la liberación de los demás. Pero, para los explotadores y
colonialistas que sirven desde distintos países a las metrópolis, nosotros
representamos un peligro en potencia y es lógico que ello se traduce en
restricciones de todo orden para nosotros. Cuando se ha viajado lo que he
viajado yo, se tiene, conversando con la gente, un cuadro exacto de lo que está
ocurriendo en estos momentos en todas partes.
Todo lo anterior aconseja una enorme prudencia para mis desplazamientos porque
aunque yo no represente más que otro, soy el creador del Justicialismo y, ello
representa siempre un peligro para los que luchan por mantener el actual estado
de cosas. Mi presencia en cualquier parte —y esto lo he notado personalmente—
entraña siempre una prudente observación de mi proceder por parte de las
autoridades. Una excepción de esto ha sido Venezuela que, no sólo me han
acogido bien, sino que el Gobierno y el Pueblo me han dado toda clase de
satisfacciones y demostraciones de comprensión y aprecio que no olvidaré
mientras viva. Este Gobierno es serio y demuestra en todas sus cosas que no
tiene perjuicios ni sirve a otros intereses que a los de Venezuela.
Usted ve, mi querido amigo, que todo se ha ido agrandando insospechadamente
para nosotros, con la cooperación valiosa de la canalla dictatorial. Ella paga
a sus mercenarios para que escriban contra nosotros, sin darse cuenta que esa
prensa mercenaria no sólo es enemiga nuestra sino también de los demás pueblos
y, en consecuencia, salvo la aprobación de algunos papanatas, no recibe sino el
repudio en todas partes. Por otra parte es vano su empeño de construir una
realidad con falsedades, porque la verdad es sólo la que hace la realidad. Se
puede decir una mentira pero no se puede hacer una mentira. Yo be podido
comprobar en todos estos países que los pueblos saben la verdad. No sé cómo la
saben, pero la conocen tan bien como nosotros, a pesar de la prensa en cadena y
las agencias noticiosas que tratan de engañarlos todos los días.
Es que el Pueblo tiene una nariz extraordinaria que todo lo huele.
La canalla dictatorial podrá destruir todo en la Argentina, menos los
"huevitos" que le hemos dejado con el Justicialismo. Incapaces de
construir nada, no podrán armar por sí una nueva doctrina sin nuestras banderas
y, sin una nueva doctrina para combatir a la nuestra, pelearán con los molinos
de viento. Entre tanto nosotros progresamos no sólo en la Argentina sino en
todas partes. Dios ahora ha sido criollo, como antes, y nos ha mandado esta
manga de brutos de la dictadura que, en un día de macanas, hace más por nuestro
triunfo que lo que nosotros podríamos hacer en un año de trabajos y fatigas.
Lo importante de esto, como conclusión, es que para las apreciaciones
futuras no debemos olvidar estas circunstancias de conjunto. Nosotros no
representamos ya sólo un Movimiento Argentino sino que estamos entrando poco a
poco en el terreno internacional: hay justicialistas en todo el mundo. Y,
aunque ello no debe sacarnos de lo propio, tampoco debemos obrar unilateralmente,
porque se nos combate y se nos apoya desde todos los ángulos en lo
internacional. Creo que, precisamente, este combate y este apoyo, es lo que más
nos conviene porque serán los agentes de nuestra universalización, siempre
conveniente. Lo que yo deseo que muchos "O Globo'' salgan a la palestra y
que la discusión se extienda. Las únicas doctrinas que han triunfado en la
historia y evolución de la humanidad son aquellas que han sido intensamente
combatidas y nosotros comenzamos a entrar en ese terreno.
Es claro que debemos triunfar antes en la Argentina pero, no es tiempo
perdido ir pensando más lejos, cuando las circunstancias nos muestran que hay
campo fértil para seguir sembrando. El estado actual del mundo nos está
demostrando que "algo" se aproxima en la dilucidación del signo que
ha de presidir al Siglo XXI, lo que indudablemente, desde que la historia
marcha hacia adelante y no hacia atrás, no ha de ser el triunfo de la
"Democracia Imperial" del Siglo XIX. Quizá, en esa dilucidación
nosotros debamos estar presentes, con nuestro "gallito bajo el
brazo". Todo puede ser... Desde que no vivimos en la
"estratosfera", yo siempre trato, antes de encarar nuestro problema,
de colocarme en situación de lugar y de tiempo, dando a las consecuencias
relativas el valor que indudablemente tienen en un mundo, como el actual, de
intensa influencia interdependiente. Tampoco son ajenos al problema argentino
los hombres del Pueblo en ninguna latitud, por lo menos, de nuestro Continente.
Yendo al problema de nuestra situación, comparto en absoluto cuanto me dice
en su carta. Nuestra completa unidad de doctrina nos levado insensiblemente a
una misma manera de ver y, en consecuencia, a un mismo modo da apreciar y a un
idéntico estilo de resolver.
Con la autorización que usted tiene, no tendrá allí dificultades para
ordenar lo que sea necesario para organizar y arreglar las cosas de la mejor
manera, tal cual como me insinúa en su carta. Yo creo que prestará un gran
servicio a los mismos muchachos que actúan allí que no tienen otro defecto que
los comunes en los que actúan en el exilio. Cada uno se cree una potencia
cuando en realidad es una pequeña ruedita de ese inmenso mecanismo que formamos
todos, que juntos somos mucho y aislados no somos nada.
Lo que se impone es hacer lo que vengo diciendo hace un año y siete meses:
resistir intransigentemente y organizarse. El aniquilamiento de la dictadura lo
realiza la dictadura misma, mejor de cuanto pudiéramos hacer nosotros, porque
ella comienza por aniquilarse moralmente que es el peor aniquilamiento. Todo el
empeño organizativo debe ponerse en marcha para, primero, formarse y luego, con
suma prudencia, unificarse uniendo las partes en las cabezas. Tanto lo uno,
como lo otro, ha de hacerse teniendo en cuenta que al frente está un enemigo
enconado e insidioso que hay que neutralizar.
En lo referente a los que actúan en el interior del país, hace ya mucho
tiempo que no envío cartas a nadie, para no servir muchas veces intereses
pequeños que se mueven a la sombra. Sé que la insurrección existe pero hay
mucho aún que hacer para poner a punto la organización insurreccional. Esa
precisamente debe ser la tarea actual de todos nosotros.
Con referencia al nombramiento suyo de que me habla, han llegado hasta mí
consultas de todas partes, incluso del Dr. Leloir que, sin decirlo, me escribió
una carta hace tres meses (la primera y única) en la que pretendía sin duda
tomar, en cierta medida, la manija. Yo le confirmé que usted había recibido mi
palabra designándolo, no sólo para dirigir en mi nombre, sino también para
reemplazarme en caso que fuera "puesto fuera de combate". Esa carta
se la remití por el mismo conducto que me llegó la de él y hasta ahora no he
recibido contestación pero veo que el Consejo Superior del Partido Peronista ha
dejado de existir. Yo sentí mucho miedo cuando usted hizo circular la
autorización por lo que podrían hacer con usted los de la canalla dictatorial,
aunque me explicaba muy bien las causas que lo impulsaron a hacerlo. De
cualquier manera no era una cosa secreta para los peronistas sino para los
enemigos de modo que, ahora libre usted, ha llegado el momento de hacer
público, en la mayor medida, la designación suya para la dirección política
integral del Movimiento. Si a usted le parece necesario y conveniente, daremos
un comunicado por medio de todos los Comandos de Exilados en forma que se
difunda inmediatamente. De la misma manera podemos hacer que en la Argentina se
publique o que yo en alguna oportunidad propicia lo diga públicamente.
Las declaraciones de "O Globo" fueron de una eficacia muy grande.
Yo las aprecié por las consecuencias que en forma de carta comenzaron a llegar
todos los días. Contesté a todos que era cierto que usted tenía el mandato mío
para reemplazarme en todos los casos y que no existía Consejo Superior alguno.
De esto están en claro todos los Comandos de Exilados y ellos se han encargado
de difundirlo entre los demás exilados. De modo que no creo que haya ya dudas
al respecto. Sobre la campaña difamatoria sólo comprueba fehacientemente la derrota
de "los derrotistas" y de una manera determinante demuestra que han
dejado de existir. El recurso de llamarnos "comunistas" no es nuevo,
como no es nuevo tampoco el mote de "fascistas". Ahora está de moda
el comunismo, como antes estaba de moda el fascismo: es todo. Por otra parte yo
ya he aprendido a no tener miedo ni a lo uno ni a lo otro. Usted no debe
llevarle el apunte a nada de eso porque se lo dirán muchas veces aún.
Magnífica su carta al Dr. Leloir por la claridad de los conceptos peronistas
que no se pueden expresar si no se los siente. Todos los
"acuerdistas", "derrotistas", "pacificadores",
etc. son como la "bosta de paloma" que no tienen ni bueno ni mal olor
y, consecuentemente, sus actitudes son siempre términos medios e inconclusos
esperando que alguien los saque del pantano y los conduzca donde ellos debían
¡ir por sus propios medios, si fueran capaces de tomar una decisión y tener una
conducta, a favor o en contra, aunque fuera "tirando la monedita", si
es que sus convicciones no le dictan algo más racional y justo. Lo del
"trotkismo" es una treta destinada a no hacernos quedar bien con el
comunismo que, como habrá visto por la libertad de los presos de la última
redada y la devolución de los locales comunistas, ordenadas por la dictadura,
tienen mucha más influencia en las esferas oficiales de cuanto nosotros mismos
imaginamos. De manera que debe despreciar todo esto que no lo creen ni los
mismos tontos que lo prefieren.
Sobre la situación argentina tanto en lo político, como en lo económico y
social, estamos en claro y completamente de acuerdo con lo que usted me
expresa. Muchas gracias por los interesantes datos que me hace llegar y por la
promesa de seguir remitiéndomelos.
Sobre la actuación política de los presuntos candidatos: a la Presidencia,
Frondizi y al golpe de estado, Bengoa, estoy completamente de acuerdo con
usted. Creo que Bengoa no sólo no dará el golpe ya, sino que si lo da, le irá
mal, a pesar de que pueda tener algún apoyo en el Ejército, desde que ese apoyo
es siempre pasivo. Todos pueda ser que se dediquen a no hacer pero dudo que
nadie se dedique a hacer algo. Cuando esto se produce frente a la Marina que
"puede hacer" la cosa no es muy clara como para largarse y, Bengoa no
se largará nunca si no está seguro y no tiene a alguien que haga las cosas por
él. Lo conozco, como si lo hubiera parido.
En cuanto a Frondizi, es sin duda el más vivo, porque trata de ganar por sí
y cosecha lo que no ha sembrado, mediante la oposición de la dictadura. Sin
embargo, nuestro mayor triunfo ha sido, sin duda, el hecho de que deba hablar
"en peronista" para que lo escuchen. Este hecho está demostrando que
si bien trabaja para él debe pagar una "servidumbre" a los
"propietarios de la marca". Aceptando esto podemos decir que Frondizi
trabaja para nosotros hasta cuando no quiere hacerlo. Es indudable que él podrá
tener sus designios pero, no hay que olvidar, que nosotros tenemos los
nuestros. Si él gana algo nosotros también ganamos. Todo dependerá de quienes
estarán firmes con él y quienes estarán firmes con nosotros. ¿Cómo será la
cosa, cuando nosotros podamos decir todo lo que podemos decir? Y, ¿Cómo será la
cosa, cuando nosotros digamos al electorado argentino lo que debe hacer? Con
todo, debemos reconocer que es el más peligroso de todos. Creo que debemos
trabajar intensamente para no dejar nada librado a las circunstancias que,
aunque nos son propicias en mi sentir, lo serán más ayudadas por nuestra
actividad y preocupación dinámica.
Los peronistas sin Perón que, como dice usted, practican la defraudación
como sistema, no son peligrosos a poco que nosotros los descubramos, como pasa
siempre con los defraudadores. Los partidos que apoyan al Desgobierno, como
ocurre siempre con esta clase de alimañas, productos de desperdicios y recortes
de los demás partidos y de algunos independientes interesados, no representan,
en mi sentir, sino un producto putativo que no debemos tener en cuenta sino
cuando llegue la hora de colgar.
Aramburu, con esa genialidad que le caracteriza, se ha arriesgado al llamado
a Constituyentes, porque está presionado por las fuerzas conservadoras que lo
manejan y han manejado, algunas veces visible y otras invisiblemente. Sin
embargo, ante la actitud de las tuerzas, su único apoyo efectivo, le ha
resultado peor el remedio que la enfermedad. No es que yo crea nada sobre la
influencia de las fuerzas, que bien sé que es lo menos fuerte que existe, sino
por lo que ello significa en el orden de la quilombificación general que cunde
por todas partes. Yo pienso como usted que es necesario decretar la abstención
y el voto en blanco y no cerrarse de ninguna manera, es imposible que se
computaran los votos en blanco sin que eso trascendiera y trajera un gran lío.
Estoy de acuerdo con la resolución que propone y ya hemos adelantado algo en la
"Declaración del Movimiento Peronista" que podrá leer allí. Dentro de
poco mandaremos la orden. En ella aclararemos lo de la abstención y el voto en
blanco.
Sobre lo de los Comandos de Exiliados, completamente de acuerdo y, como
antes le dije, puede usted hacerme el favor de arreglar lo de Chile, veremos
luego cómo intentar lo mismo con los demás.
Los asuntos de militares, como siempre he sostenido no representan sino un
sector del Pueblo y los que deseen actuar en tales condiciones son los que nos
convienen a nosotros porque es precisamente de esa colaboración de donde han de
salir verdaderas soluciones para el país. Desechado el golpismo, no queda, por
otra parte que esa actitud para nuestros amigos que aún se encuentran decididos
a luchar con nosotros, por nuestros ideales comunes. Por eso debemos mantener
con ellos una actitud cordial y amistosa, sin herirlos en su espíritu de
cuerpo, tan arraigado en ellos, pero persuadiéndoles en que deben estar en las
tareas de conjunto, como todos los demás. Ellos pueden trabajar sobre los _
militares pero no deben olvidar que son peronistas.
Con el Coronel de quien me habla debe tener mucho cuidado porque ha sido
sindicado como confidente del S.I.E. Lo mejor es darle el olivo cuanto antes.
Me interesa que cuanto antes vengan para acá usted y las personas que usted,
con tanto acierto, indica como convenientes. Saludos a todos los muchachos.
Hace poco recibí carta de su padre que me dice que viajará a Chile. Ha estado
medio mal del hígado. Debe cuidarse.
Un gran abrazo.
Juan Perón
